viernes, 17 de mayo de 2013

Día de frío en Corrientes




I
 La casa, el cobijo antiguo de los hombres.
 Dicen que vivíamos en cuevas hasta que aprendimos a hacerlas con nuestras propias manos. Ahora, son cada vez más lindas, más sofisticadas, más grandes, más caras.
La revista Forbes se dedica a ranquear millonarios. Otra costumbre antigua: competir.  Quién come más salchichas, quién tiene la pija o la casa más grande.
El Origen de las Especies(1859), se título, On the Origin of Species by Means of Natural Selection, or the Preservation of Favoured Races in the Struggle for Life, un título bien largo para demostrar algo que Darwin descubrió con  una de las herramientas más formidables del hombre: la observación. Resultado de sus viajes (estuvo en el sur argentino, incluso), escribió ese voluminoso libro en dónde aparece un concepto tomado de Spencer: la supervivencia del más apto. Esta supervivencia obedece a una selección natural que se da en estadíos evolutivos. Un tratado científico que terminó de dinamitar las bases del dogma cristiano que comenzó con Copérnico y su revolución heliocéntrica primero, y con Descartes y su cánon de la duda, después. Todo es adaptación y lucha por la supervivencia dicen aquellos textos: "Lupus est homo homini", el estado de naturaleza de Hobbes.
En nosotros los hombres, la cosa va por el tamaño. De la billetera, la cuenta bancaria, la casa. Los más aptos están en la cumbre de la pirámide. Los de abajo somos los peores.
Darwin se referia al macho humano como el mejor del casal de nuestro mito de origen judeo cristiano. Escribió, por ejemplo:
“El hombre es más valiente, combativo y enérgico que las mujeres, y tiene una genialidad más inventiva.
Su cerebro es absolutamente más grande”.
El patriarcado, como una larva malsana instaura el capitalismo en la Europa medieval y en ese caballo enloquecido el imperio británico siembra el malentendido de la modernidad global. Todos los porongas del pensamiento europeo( Kant, Hegel, Marx), bendicen la era moderna, cuya cuna es europea, blanca, cristiana/protestante, racional, masculina y capitalista después. El formidable legado de Oriente quedó sepultado bajo murallas de libros que Gutemberg expandió y obturó a la vez, en un solo pase de océano a océano.
El filósofo mendocino Enrique Dussel con una erudición madurada en siglos y siglos de opresión advierte que la Edad Moderna comienza con el “descubrimiento” de lo que llamamos américa. Su voz subterránea aún permanece en los lindes del saber popular. Por ahora.
A todo esto, la casa de un tal Burgheroni, fue asaltada en Punta del Este. Le robaron 15 mil US y dos Rolex legítimos. En verdad son dos hermanos que salieron en el ranking de la Forbes. Están entre los 5 del top five mundial.





                                         Los Bulgheroni Brothers, tienen la poronga más grande...


II
Ayer, miércoles 15 de mayo en Corrientes hizo frío (es raro, pero suele suceder un par de días en al año), estuvimos en una barriada de esas que no queremos ver. La 3 ccd de Goyita registraba una mañana de fina llovizna. Ahí estuvimos con Horacio, Carlos y Nahuel.
Un manojo doloroso de casa de cartón, machimbre, zinc y ladrillo de 15 a la orilla de una cañada que de lluvia en lluvia desata una inundación  de aguas hediondas. Adentro de cada una de ellas las mujeres son el único relato.  Nacidas hembras, son madres a tiempo completo y con eso se cargan la casa ( es un decir), encima. Todas llevan en sus ojos el peso de todas las horas, de cada día y cada año. Miran, hablan, recuerdan. Sus bocas incluso se mueven y balbucean el dolor. Pero son sus ojos los que relatan con la verdad. Bastaría con un solo ojo, pero tienen dos.
Un racimo de niños se les cae de las manos. Autónomos en la adversidad se cuidan unos a otros en los puentecillos de madera blanda. La llovizna los convierte en viajeros de una época que no ha sabido resolver la carencia más elemental: una casa decente. Esos niños deberían dinamitar este mundo con los saberes de Descartes, pero ya no hay dudas. Copérnico tuvo razón, y en su razón el sol es apenas un cíclope tonto, disolviéndolo todo.
El macho humano ha perdido el rumbo.
Como en una bruma de sol y niebla, esta mañana ví una mujer y un niño guiando el camino a la nueva casa. Todo barro y alegría.



                                         Mr Darwin



No hay comentarios:

Publicar un comentario