domingo, 22 de diciembre de 2013

Justin y las idiotas







Hace unas semanas  (o sea hace mucho tiempo), los noticieros en un 20% y programas basura en un 100%, daban cuenta de un episodio con un tal Justin Bieber (cantante pop nacido en Canadá, basura progresista bajo bandera yanqui) . El hecho en sí es bastante simple. El pibe se drogó y no pudo salir a cantar, decepcionando a sus 40 mil fans en el estadio de River, la mayorìa de ellas (el pendejo tiene 18 años...), adolescentes y mujeres.  Historia vieja, sin embargo....



Hablando de música y para centrar este improvisado análisis, el término pop, fue acuñado hace más de un siglo, designado a todo lo que es de consumo popular (de ahí la contracción pop).  Desde los 50/60, lo popular empieza a  tensionar sobre lo que se considera masivo. O sea lo consumido masivamente. Los medios, las nuevas tecnologías, los poderosos flujos multiculturales que transitan en soportes que mutan a diario.
El capitalismo desde el comienzo se dedicó a perpetuar la máquina, para que no pare nunca. La obsolecencia programada comenzó con las bombillas de luz y siguió con Justin, con total éxito. Hay un documental en la red al respecto que aclara el punto del consumidor insatisfecho y que  se llama Comprar, tirar, comprar (72´, 2011), de Cosima Dannoritzer. Lo recomiendo.
 Así sean los hijos de los dueños de esa máquina, quienes pasan una y otra vez por la moledora, hasta que el hueso se confunda con la carne y salgan en el packaging sonrientes y ya clasificados. De hecho , el producto consumido una y otra vez por el Gran Antropófago, son nuestros hij@s.
Así es que ví en la tele, (en un noticiero con talking head que hace rato perdieron la vergüenza),  a una madre que parió una hija en pleno capitalismo crepuscular quejándose (las dos!!) de los 1500 $ de la entrada perdida por un pendejo que no pasa el 2020. Estremecedor!.......
En el país de Cerati y Spinetta. De Manzi y Goyeneche. De la Negra Sosa y Gilda, es una seria distorsión de todo.
Luego , la conmoción fue tal que las mismas  hijas de Rial y Tinelli lloraban al pie de ese vómito supercaro, de un pendejo que no sabe limpiarse el orto, es una prueba clara que el capitalismo se hunde en su propia mierda aquí y allá. Esas narices anhelantes de miles y miles de pibas que de algún modo también son mis hijas, huelen un perfume de algo ya muerto hace rato.


La fronteras estallan al compás de una música de mierda. Lo que viene de atrás viene de otra música parida en lo hondo del corazón humano. Y esta basura amenaza con taparnos a todos, como el último tsunami arraza pueblos enteros, inermes y en otra lengua.
Amigas queridas, carguen en sus mochilas los acordes primeros de Volveré de los ángeles Negros, de Fuiste mía un Verano de Favio, de Gieco y su Ramo de Manzanillas, Barboza y Millán Medina, el Nebbia del Vals de mi hogar,  a Ciro,  a la Mona, a Luisito Cardei, a Larralde y al Flaco Spinetta, siempre.
Con Gilda y el Potro, Horacio Guarany, Nino Bravo, Sandro, ( no escuchen a Jarreth, no es necesario, no escuchen al Dúo Salteño, a Mariana Ingold, a Cachito Núñez, al Cote Gauna , al Negro Aguirre...no es necesario. Tampoco a Robert Plant cantando Babe I'm Gonna Leave You, ni mucho menos Hendrix o Joplin en Woodstock)...Chabela Vargas, llorando el llanto de todas las mujeres,
Dejen de lado a sus madres. Escúpanla en la cara por ese legado estremecedor de nada!. Abandonen esas bombachas y sus tangas, sus pinturas y perfumes en las cartilla Avón y de productos antiage, las pastillas del último día, los polvos que se lavan urgentes en hoteles de mierda, los guisos hechos con odio, el sexo de mierda con el ventilador al palo. El legado de una mujer de catescismo dominguero.
Y por sobre todo olviden a su padre. Un ser parido por otra hembra y educado bajo el látigo de que "los hombres no lloran".
Imaginen y luego transiten un camino por el que ningún hombre pueda caminar jamás. De hembra y por hembras hecho. Nosotros, los machos humanos, sólo dejamos un lustre de dolor, maravilla y tristeza en este mundo que incluye a un pendejo de factoría toyotista, que no les dejará nunca nada en el corazón porque dentro de sí sólo hay un cadáver y pronto vendrá otro a reempalzarlo. Igual de vacío....








miércoles, 18 de diciembre de 2013

Romina y La Clotilde




La conocí a Romina en el Encuentro Nacional de Estudiantes de Cine, en Córdoba, a mediados de año.
Nos dimos cita en esa capital en dónde todo arde, con Campusano y Miguel Ángel Rossi. La charla con esos futuros cineastas, fué intensa y profunda. La idea es siempre no desparramar semillas, sino sembrarlas, con las esperanza de lo que vendrá, prontamente.
José Campusano me la presentó diciendo algo así como La muchacha más triste del mundo. Romi sonríe permanentemente, y si no, sus ojos lo hacen por ella. Me contó de su película y de las peripecias del rodaje (que bien conocemos los que cargamos esas patriadas), con sus amigos en un pueblito del interior chaqueño. La invité a que la presente al Festival Guácaras 100% Regional, y me contestó que ya lo había hecho. La promesa fué encontarrnos en Santa Ana y así fué que ví En el Mapa de Romina Vlachoff.


Con su película se cumple esa promesa que todos deseamos pero que ocurre muy pocas veces: la íntima sintonía con el público. Tal vez le sobre un par de minutos, pero desde el comienzo, su corazón (el de Romina y su película, que para el caso es lo mismo), comienza a latir con el de la gente. En un compás, en un ritmo, en una atmósfera orgánica que tiene su cúspide cuando ya no se puede repirar. El nudo en la garganta.


La aldea pintada por Romina es nuestra. De todos . Y puede ser leída en cualquier lugar del mundo.
Bien temprano Romina cumple un propósito que a veces lleva toda la vida: retratar el pueblo, el barrio, los abuelos, la breve historia que nos trajo al mundo y nos hace ser lo que somos. Estar en ese mapa, en ese pueblo de nombre La Clotilde.
Ahí estuvimos, gracias al cine.....


Romina Vlachoff - Directora (Chaco), Luciano Hernández - Productor (Viedma), Alvaro Artero - Director de Sonido (Viedma), Maximiliano Zampieri - Director de fotografía (Córdoba), e Ismael Zgaib - Montajista (Gral. Roca).





miércoles, 11 de diciembre de 2013

Guácaras, 100% regional





La primera vez que fuí a un festival de cine fué al de Mar del Plata,  después de haber rodado Cabeza de Chancho. Supongo que a principios del siglo nuevo...por ahí. Aun no la podíamos estrenar por razones obvias. Eso sería recién en 2007.
Viajamos de garrón hacia la costa, con mi amigo Pedri Aguirre. De pronto estábamos en Chapadmalal un bastión del turismo peronista sobre el Atlántico. Hecho para la posteridad en donde miles de argentinos (obreros sindicalizados, amas de casa, familias enteras) vieron por vez primera el mar. Allí estuvimos, en esos pasillos en donde aun vibraba la alegría del primer peronismo como una castañuela eterna (Manuel Ibarra,  se acercó al mar y lo tocó como quién acaricia un ser de otro mundo).

Recuerdo haber visto  en In the Mood for Love de Won Kar wai como en un trance impnótico. Luego Pollock de Ed Harris, en el que retrata el itinerario luminoso y trágico de un pintor yanqui (Jackson Pollock) bendecido por la luz y la tragedia.
De lo demás , poco me acuerdo...con Pedri andábamos con una petaca de guisky barato a toda hora.
Cuando fuimos seleccionados para la Competencia Oficial en el BAFICI, viajamos en grupo, todos los que pudimos hacerlo: Pedri, Marisa, Walter, Francisco, Pacce, Ana. Nos hospedamos en un Hotel Plaza con las toallas tan blancas que daba pena ensuciarlas. Desde nuestra habitación (se abría con una tarjeta!), la vimos a Geraldine Chaplin tomando sol en la piscina. Walter no lo podía creer y yo tampoco.  Cuando salíamos a la vereda y queríamos tomar un taxi (zona del Abasto), no nos querían levantar. Cara de peruanos y delincuentes supongo. Tenían que venir Ana y Marisa a auxiliarnos.....Luego caminamos a otros festivales y ahora sabemos de qué se trata...
Hoy y ahora, en pleno diciembre de 2013, estoy cansado...muy cansado y feliz... de trabajar en el Festival Guácaras, 100% regional. 

Hecho por amigos y de amigos hecho, para el público. La gente, que es la que da el veredicto de lo que fué y lo que vendrá. La gente, esa entelequia  disputaba por corporaciones mediáticas y conductores de tv a los que el rating se los traga de temporada en temporada. La gente en el Guacarás es concreta como el cielo, la luna y los perros del barrio. En este año premió a Correa , la difunta, de Roly Ruiz.
Salud y salud! por este festival parido por Marcel Czombos en un pueblito correntino llamado Santa Ana de los Guácaras.  




El afiche de este año. El perro existe y se llama Patricio. También vio cine como cualquier vecino




Foto de Leo Bayol en el patio de la Casa Antigua de Santa Ana. Uno de los epicentros del cine guacarense