sábado, 28 de marzo de 2015

Gerónimo dormido





En el medio del comedor está , no sé si llevarlo a su cama...
Le salen tres dedos  a través de su par de medias rojas
Un viento siestero se cuela por la puerta que da al balcón.
Una moto lejos
Tiene un papel a medio dibujar en una mano y el lápiz en la otra.
Creo que no me animo siquiera a tocarlo

Gerónimo, estás dormido.


Foto de Leo Campodónico en el rodaje de Helicóptero



sábado, 7 de marzo de 2015

Avenida de Mayo al 900








Av de mayo al 900. Un trozo de vacío con puré, 58$.
En este barcito de seis mts de frente hay unas 50 mesas y está repleto de gente, estoy sentado frente a la puerta de entrada. Llega un matrimonio jóven con dos hijos. Ella es una rubia teñida, flaca y huesuda. Las cejas sobredepiladas y dientes de amarillo subido. Él está de espaldas, tiene una camiseta con el 10 de Messi, descolorida y parecida al gris. tatuaje en el brazo derecho. La luz  rasante que viene de la vereda resalta una cicatriz en el pómulo izquierdo. Cerca, en la mesa vecina termina de sentarse otro varón de la noche. El pelo afeitado al ras y un jopo engominado. Teclea el celular ensimismado. Tiene el tabique nasal roto. Sin embargo, no parece un boxeador retirado. Más bien parece un luchador de kikboxing.
A mi lado se instala una familia completa. El muchachón es alto, gorrita y bermuda cuadrillé. La doña tiene el pelo rojo y una musculosa del mismo tono. La abuela acomoda trabajosamente su culo enorme en la silla mientras le da un tarascón al pan que se amontona en la panera de plástico.
La avenida, la primera de sudamérica  con una arquitectura tironeada por el art noveau y el neoclásico. Un bulevar construido por la generación del 80 a la medida de sus sueños. Copiada a los franceses, construida por italianos y habitada por españoles, dijo alguno. La avenida que en ambos extremos, une los dos poderes con que la República traza su devenir luego de la derrota de Caseros.




Ahí estoy sentado. Pido un Vasco Viejo de 374 ml, y veo pasar al “aluvión zoológico” rumbo a la plaza del 45, luego Alfonsín y su breve primavera, luego Menem (el Facundo de las pesadillas de Sarmiento, hecho realidad). Ayer pasaron las huestes de Cristina por acá, me digo (último discurso del segundo mandato de CFK,  inaugurando las 133 sesiones del Congreso).


El tintillo baja por el garguero pero el sabor amargo, sublime, se queda en la lengua esperando sin apuro a que pase la marea.
Hotel Alcázar. Su fachada ha sido mutilada y otros negocios se reparten su viejo rostro español. Un subway de hamburguesas wow!. Casas de quinielas. Un negro africano pasa vendiendo gafas de sol.
Me recuesto en la silla. Suena Calamaro cantando Paloma.  Pido palillos a la moza. La doña de al lado escucha y me cede el porta escarbadientes de su mesa. Le agradezco y me regala una sonrisa grandota. Me quito las porquerías de los dientes tapándome la boca como me enseñara Loreto, mi padre.
La niña de enfrente, le indica a su madre que se le acumuló rimmel en la esquina de uno de sus ojos. Esto lo hace a través de señas discretas. La madre se lo saca con el meñique. Está?, inquiere. La niña le responde que sí,  con la cabeza.
Encienden el televisor y en mute buscan algún canal de noticias. Ya no me interesa. Apuro el medio trago de vino. Atrás, suena Kate Bush, Babooshka. Salgo a la avenida de Mayo.

https://www.youtube.com/watch?v=6xckBwPdo1c