lunes, 13 de marzo de 2017

Fin de misa



sábado, 11 de marzo de 17
Gerónimo el más pequeño de mis hijos se fue a Olavarría a ver al Indio. En 1997 los fui a ver a los Redondos en Tandil. Dicen que éramos 21 mil, personas. No estuvo mal por lo poco. Embarrados de pies a cabeza, milongueamos el grupete de correntinos como si el futuro no existiera, siendo que ya había llegado. Recuerdo una estela de luces de bengalas naranjas en el contraluz de la lluvia mientras Ji ji ji hacia temblar el suelo fangoso.



 Ahora escucho Instituciones en casa con Nahuel, el mayor de todos. Ayer , mientras la lluvia caía sobre el barrio, oíamos Islands del Rey Carmesí. El tiempo transcurre y nos lleva en la música, el río balsámico. Camilo acaba de llegar. Él también flota en el mismo río con sus amigos buscando esa nota que vibra al barrio y al cosmos. El Tuerto y los Ciegos cierra el último acorde en el violín de Pinchevsky.

lunes, 13 de marzo de 17

Fueron unos 200 mil los que fueron a ver al Indio. Aventuran cerca de 500 mil almas. Olavarría quedó chica. Imposible albergar semejante marea humana. Se suman errores en la salida del estadio La Colmena que empezó con mal sonido y una avalancha al 3er tema. Todo muy tenso. La salida fué caótica. Murieron dos, pero puedo haber sido peor. 


El Indio Solari no pudo sostener el tótem que creó desde los Redondos. Ahora le espera el mutismo y tal vez crear algo más desde su bunker (antes que Mr Parkinson le termine de sacar el Demonio que encendió su alma con el fuego divino). Rito, Sacrificio, Bacanal y Fiesta tribal llegan a su fin.
Queda su lirismo y su música en los oídos de las huestes que vagan huérfanas en un tiempo ya sin héroes. Clima de época, señores.
Las fotos son de Marcos García


Posadata: La ferocidad con se relamen la sangre los coprófagos de turno, de toda edad origen y laya, también es un clima de época...