martes, 27 de mayo de 2014

Cuaderno de viaje




martes, 01 de febrero de 2000,11.45hs

Ayer

        Fue otro día de desastre doméstico. A la noche vi una de gangster negros( de los de Harlem),”Hoodlum” muy buena . Y a la tarde releí un párrafo del “Mujeres” de Bukowski. La primera edición es de 1979 y la que tengo es de 1995. Henry Chinaski arranca así: “Más de un hombre bueno ha acabado en el arroyo por culpa de una mujer.” Abrí el libro en donde andaba con Tammie, mina que en sus palabras, hasta las moscas se la querían cojer. Totalmente empastada y en la habitación de un hotel ella se coloca en una ventana a caballo, en un 3er piso, se resbala y se salva de milagro. Chinaski :”-Esa estuvo cerca,- le dice-, hubiera hecho un buen poema. He perdido mujeres de muchas maneras, pero esta hubiera sido una buena forma.” Después con ella tirada boca abajo en la cama se cobra una ración de culo prometida por la pelirroja.

Con esto creo que salve el puto día.




Ya entrada la noche Ana arma disturbio por los que no dirigen bien el chorro de meada en el inodoro , y los acusados éramos todos los hombres(el único que se salvaba era Gerónimo, por razones obvias). Nahuel le dice:-Lo que pasa que vos no tenés ese problema porque meas por acá (y se indica la entrepierna)-. A su lado Camilo lo miraba y asentía con la cabeza. Todos nos reímos un ratito.


Hoy

      Me desperté a las 8 mas o menos encendí el TV y lo enganché a Tomás Abraham en “El Fantasma” un programa del Canal  de arte conducido muy bien por Silvia Openmahier. Se define filósofo pero no parece. Copado con Foucault y Deleuze. Del primero leí algo y quisiera leer más( recuerdo un párrafo que me leyó alguna vez Sobko. Foucault en una investigación sobre los modos y la evolución de la tortura en la historia relata el suplicio de un hombre, martirizado de todas las forma imaginables, o no, . Ya cerca de morir , uno de sus verdugos le pregunta si deseaba algo , y el moribundo le pidió que lo bese.

A Deleuze lo leí en unos apuntes fotocopiados, pero no  entendí un sorongo. Este es uno de los héroes de Abraham. Estuvo alguna vez acá en Corrientes y ensayaba una defensa( eso me pareció), de la globalización , su inevitabilidad, y esas cosas, de un modo mas bien cómodo y poco riguroso. Blandito , digamos. Eso sí, parece un buen compañero de juergas. Se le nota en los ojos. No lo oculta , de todos modos. Sus colaboraciones en “El Amante” son en su mayoría excelentes. Es un adicto a la TV, lo que calma un poco mi culpa.

Lo bueno de la televisión es ver lo que no es su intención mostrar. Aquí radica la mayor seducción a mis sentidos . Vi un pedacito de un documental de Discovery. Era un gusanito que aprendió a emitir el sonido de auxilio de las hormigas. Así el tipo se aseguraba guardaespaldas mientras andaba morfando. Y de hecho las hormigas que andaban sobre su lomo lo salvaron de una avispa chupajugo. Es imposible no relacionarnos con  esas minucias del comportamiento gusanil( en este caso).

Otra vez pude observar presa del terror, los casos de canibalismo en monos, leones y pajaritos!!!!!. Una vez entré al departamento con Ana y nuestro tierno palomo blanco, (que se acostumbró a anidar en el comedor), mató a uno de sus pichones. Toda la pared esta ensangrentada, porque ,claro, lo mató a picotazos, lo que debe haber  sido una tarea más bien ardua , ya que el bichito  estaba grande. No lo podía entender. La cosa es que Federico( le puse en honor a Fellini), llevó el manchón  de la sangre de su hijo en el pecho durante mucho tiempo . Somos parecidos, no?

Hablando de eso, Walter tiene tras sus lentes unos  ojitos ladinos del superviviente de barrio. Y Alain es el prototipo del expatriado , en donde  su colosal( y envidiable) poder de adaptación , lo salva de todo. Son dos navegantes de aguas turbulentas. En un barquito maltrecho y rodeados de Malos de verdad, hacen de cuenta que no pasa nada....





viernes, 23 de mayo de 2014

Una película me miró en El Mariscal







Anoche fuí aver una película en El Mariscal. O mejor dicho, como suele ocurrir algunas pocas veces, la película me miro a mí.
En el bello entrepiso, cuyo balcón da a la calle Salta, unos pibes( no conozco a los organizadores), proyectan piezas cinematográficas sobre una de las paredes de la antigua casona de los Nalda (dicen que por ahí anduvo José Hernández en su paso por Corrientes).
No había mucha gente, hacía frío. Cuando entré recordé una frase del viejo y querido Bukowsky: Qué extraño…todos son más jóvenes que yo…
 La enorme mayoría del cine que se hace en el mundo, es desconocido. No sólo porque los circuitos de distribución/exhibición está en manos de corporaciones vinculadas a Hollywood, sino porque simplemente es imposible ver todo. Me pregunto si es necesario- si se pudiera-, verlo todo.  Como ocurre con ciertos libros, leyendo uno, se pueden leer muchos otros. La literatura tiene ese designio totalizante, oracular, místico, en donde la historia y la cultura se despliegan ante nuestros ojos , casi siempre ignorantes, azorados. El cine (o mejor, cierto cine) , también. La poesía en particular(cierta poesía…), transcurre esos territorios de la imagen o la palabra con su cualidad más esencial: la ubicuidad.  Vincular a la poesía con lo bello es un malentendido. La tragedia, el dolor, lo siniestro incluso, lo pavoroso de lo humano son materias primeras en estos escenarios por dónde andamos los que somos y estamos en el mundo.


Cuando bajé las escaleras luego de ver Bad Boy Bubby (1993), sentí que en verdad, descendía. Reconectar al mundo suele ser arduo en sus cosas más domésticas como saludar y sonreír al mismo tiempo, la cortesía, no patear las sillas de los parroquianos, querer salir salir a la calle y respirar el aire nocturno de fines de mayo.





El cine australiano posee la tensión de algunas  colonias o semicolonias. Aporta a la industria global directores y actores excelentes por un lado y por el otro vomita autores como Rolf de Heer. Le pasa al cine mexicano y nos debería pasar a nosotros.
Los primeros 10 minutos son revulsivos. No es del género gore ni nada parecido, es mucho más oscuro y en su oscuridad brilla como un piedra negra.


Dicen que Truffaut se arrimó al tema de la exclusión cultural, el proceso educativo de un “salvaje” en El Pequeño Salvaje. No la ví. El maestro W. Herzog  transcurrió ese camino con El Enigma de Kaspar Hauser. El encierro de los hospicios y la locura en Alguién voló sobre el nido del cuco(1975) y la también muy premiada Forrest Gump (1994), que sí las ví, y si son premiadas por el establiment es por que esconden detrás a la buena conciencia y al status quo cultural culposo con que se diseñan productos amables, en la gran factoría del Hermano Mayor.




Esos 10 primeros minutos son un golpe al plexo. Es el momento en que se quiere cerrar los ojos para no ver eso que brilla y destella y nos toca el alma. De ahí en más es un tren fantasma. Cada plot point es un abismo. Impredescible, alucinado como los ojos azules de Bubby en busca de algo de piedad y redención. La crueldad es la del capitalismo y sus símbolos con que nos han aterrorizado desde niños. A Bubby lo vigila un Cristo sin cabeza y una madre de enormes tetas que lo somete a su antojo. Un día Bubby decide salir al mundo y nos lleva con él. Y con él padecemos un mundo que hace metástasis llevandonós a todos adentro.



Existes dos escenas de una belleza trágica. En una de ellas abraza a una parapléjica y le confiesa que no puede amarla. Porque su corazón es de Ángel.


La otra, cuando un sacerdote, en una planta nuclear!!, le dice que Dios no existe. Describirlas es obviamente imposible, menos explicarlas. Verlas  sentadito en una silla, es una experiencia abrumadora.





Que sea Bubby el único inocente, no nos salva de ser condenados. La empatía con el protagonista , (un recurso caro a los guionstas yankis), no se dá, porque los otros, somos nosotros.






viernes, 2 de mayo de 2014

El Zorro y Burlero




En estos días están pasando un documental en INCAA Tv llamado Montando al Zorro. Dir Juan Domínguez, 78’.
 En el 2010 fuí jurado del FESAALP ( Festival de artes audiovisuales de La Plata) de largometrajes ficción y corría el rumor de que era el mejor de los documentales en competencia.  Conocía a su director. Estábamos comiendo en un barcito aledaño a la sede y llegó en bicicleta. Un tipo manso como el caballo que retrataba en su película. El Zorro era manso hasta que lo ataban al palenque para domarlo.

Nunca me gustaron las jineteadas para el espectáculo. Tampoco las corridas de toros a pesar de que la tauromaquia, tiene milenios de desarrollo cultural. El hombre que , enfrentándose a la bestia se enfrenta a sí mismo.
A veces recorro el canal español y me quedo mirándo un rato sólo para ver si el  toro de lidia lo ensarta de una buena vez. Muchas veces tuve suerte y lo ví. La mayoría de las veces  el torero hunde el estoque hasta el corazón del bello animal y es el único vencedor. Una vez en 1985 vi a un toro matar a ese hombre que se empecinaba en lastimarlo y engañarlo con una capa roja. El nombre de ese animal no se me borró nunca de la mente: Burlero.




Cuando José Cubero, El Yiyo, se cansó de tantas Verónicas y serpentinas, preparó el estoque. Apuntó y se tiró sobre Burlero hundiéndolo hasta la empuñadura. No salía del movimiento cuando un cuerno lo engancha en una pierna, cae. Los dos asistentes tratan de distraerlo, pero Burlero no se deja engañar, lo mira en el suelo y lo ataca. Burlero tiene el estoque clavado en el lomo, le atraviesa el homóplato hasta el corazón sin embargo tiene fuerza para hundir el cuerno en el costado izquierdo de El Yiyo. Lo levanta y lo sostiene en el aire infinitos segundos y luego lo apoya en el suelo casi piadosamente. Yiyo da tres o cuatro pasos y se derrumba muere con 21 años. Dicen que dijo: Peli, ese toro me mató….
Más allá tambien Burlero se arrodilla, herido de muerte.  


Juan Domínguez realiza una batalla de ese tenor para buscarlo a su caballo. Por un momento es el toro, en otro es el torero. Corre fines de los 70, El Zorro todavìa no es una leyenda. Comienza a hacer fama luego de bajar una y otra vez a quién pretenda montarlo  y asó comoenza a correr la voz en la zona de Tres Arroyos, de que hay un tordillo indomable.  Alguién le sugiere a su dueño de que es un cabalo de jineteadas y así comienza a recorrer esos escenarios en dónde el coraje y la pericia se mide en segundos. Comienza la leyenda a principios de los 80. 

Juan consigue los tapes y grabaciones en dónde se lo ve tirar al suelo una y otra vez a jinetes engañados con su paso manso al palo, hasta que le colocaban una montura y lo soltaban. Grabaciones en 8mm, super 8, betacam y vhs. El Zorro atraviesa fronteras voltando jinetes. Juan lo busca a través de los diferentes formatos, interviene la imagen, con proyectores de 16mm y proyecta la imagen sobre el lomo de un caballo del mismo pelaje que el Zorro. Interviene desde el graph, desde su off, evocatorio y amoroso para tocar a su protagonista. Hace una puesta en ficción. Recrea una operación en una de sus patas. El super 8 granulado y lejano es manipulado una y otra vez por Juan para contar la historia del caballo invencible. 

Muere de viejo cuidado por su dueño en Cascallares.
El documental estuvo en el BAFICI. Gana en el FESAALP de 2010. Juan recibe el premio manso como su caballo al que lo sacó de imágenes ya olvidadas como un antropólogo encuentra huesos y les da identidad e historia.