domingo, 23 de febrero de 2020

Dany, te ví caminar






Dany que te ví caminar
Parecías un ángel.
Caminabas, hermano mío. Tu cuerpo hermoso
Tu estampa de caballero, algo gótico,
 algo musulmán irradiaba tu andar
Todos te mirábamos, todos.
Algo del barrio en el que crecímos, mordiendo polvo
el tendal de ropas recién lavada por madre
Que te ví caminar , lo juro. Ibas a mi lado ( o mejor…yo a tu lado)
una camisa parda, tranqui, arremangada hasta los codos y….por Dios….
un jean gastado amaban tus piernas
Atravesaste en diagonal la fiesta. Yo te miraba y pensaba
Qué lindo….qué lindo
Dany, te ví caminar.
Te vimos todos…

sábado, 22 de febrero de 2020

No hay dónde






Ni regreso ni voy a ningún lugar
que no conozcas
(estuve en estos días revisando viejos cajones)
Ni inculco la nostalgia  ni lo bello ni lo oscuro
No soy proselitista con vos, ni me limpio contigo.
Tu corazón es único, tiene tu estatura.
y yo tengo el mío.
Fronteriza tu piel, fronteriza la mía.
Intento perdonarme. Que no te perturbe mi asombro
Estoy hecho de esas mismas piedritas que pisan tus pies.
Se nace y el mal está hecho
lamento no haberte consultado.
Espero del mundo, que estés con él.
Espero de vos que estés con él.
La siesta del barrio, los amigos queridos, el balcón, y el ex baldío
( el asunto se complica a veces…)
Ni regreso…no hay dónde



sábado, 15 de febrero de 2020

Hice lo que pude con eso....








Mi padre me dejó lo mejor de él…hice lo que pude con eso.
Íbamos a la orilla del Paraná a pescar. Loma Pelada, por ahí. Salíamos al atardecer, volvíamos al otro día a media mañana. A caballo,  cantando con el pajarerío, atravesando el espinillar.
Se aprende con cierto tiempo, el silencio, las estrellas, las noches sin luna, el fueguito, (hablar poco es decir todo). Me enseñó la tansa, la plomada, la carnada, el anzuelo, el mojarrero, la boga, la virreina, el manduré, la cuchilleta, la mojarra y la paciencia.
Ser milico y peronista no es fácil. Nacido en Puerto Tirol, Loreto Dolores Almirón, alias Amadito, se suma a las filas del ejército luego de la colimba; único modo de salir de un destino de peón de chacra y borrachín de pueblo. Lo destinan al RIM 29 de Junín de los Andes. Aprende a esquiar, se enamora del andinismo y de mi madre, Ena, hija de mapuches. Sube al volcán Lanín con la primer expedición militar y hace cumbre en pleno en invierno. No hay registro de la hazaña. A mi padre y a otros dos camaradas montañistas, le correspondía ser condecorado con el Cóndor de Oro por la proeza, y esa medalla le iba a ser entregada por el mismo General Perón (corría Julio del ´55) Cuando comienza el golpe ya corría el rumor de que los tres expedicionarios dejaron un busto de Evita en la cumbre. A los dos meses comienza la Revolución Fusiladora. Matan al General Valle en el ‘56 y a un sinnúmero de suboficiales en todo el país. Hasta ahora no se ha investigado la feroz purga que quebró al germen del peronismo en el ejército; nunca más fue el mismo. Estuvo preso en un calabozo durante meses…me salvé diciendo que no era peronista, me dijo una vez apenas en un hilo de voz. Padeció en silencio la muerte del General, padeció a Menem y a todos los bandazos con que este formidable movimiento surge y resurge de las entrañas del pueblo una y otra vez. Nunca gorila y por peroncho jamás olvido sus orígenes de pueblo y calle de tierra. Antes de irse, su corazón vibró de nuevo con Néstor y el pueblo en las calles.
 Una noche, frente al Paraná en una noche nublada y sin luna (cuando no hay luna no se ven las manos y sin linterna es como estar ciego), se me hizo una galleta en mi línea, descomunal. El nudo era imposible. Lo mejor era cortar, añadir y seguir pescando. Él, en silencio tomo mi madeja enredada y comenzó , sin linterna y con el sólo tacto a desenredar. Una nube de mosquitos se posaban en sus manos, en su cara. Habrá pasado, una hora, dos?. Me entrego la línea en silencio, desenredada. Luego me dijo por enésima vez, cómo se hace para pescar en la oscuridad  sin que la línea se enrede. Ya lo sé, aunque no parezca...
Es la misma línea que sostenía la noche anterior a morir. Lo sostenía en el aire en la habitación infecta de la clínica. Miraba algo sobre la pared blanca, qué ves papá?, le pregunto. Su laguna de Puerto Tirol, los hermanos, aquella novia, el Huechulafquen, un cóndor de alas doradas?. Me mira como despertando y tratando de entender; que hago acá, quién es el que me habla. Luego levanta el índice otra vez, sostiene la línea, el pulso delicado, vibrante, del agua rozando el nylon, el pez que se acerca, mordisquea y muerde la carnada de tripa. Así levantaba su mano en el cuarto infecto, blanquísimo, séptico, en dónde la gente muere sola. Qué había en la punta de su línea?, qué esperaba, qué sentía en el aire caliente del Paraná, esa noche de invierno con el fueguito y la ollita de hierro, el pan rondín, el salamín?. Su mano de niño. El latigazo del hambre, el cuchillo tintineante, la voz de la abuela Laí. La madre que nos mira cuando nos vamos a ese otro lugar. Amadito…Amadito?...estás ahí, dice la abuela en esa madrugada de no sé cuándo.
Así se fue Loreto, mi padre peronista y milico. Solito o tal vez poblado de todos los recuerdos, los amigos, las novias, los hermanos, la parentela toda en procesión; el Congreso de Almas que nos acompaña en el final.


lunes, 3 de febrero de 2020

Reza tu hora







No seas el ángel quieto
Reza tu hora, tus amigos
el alba y otra vez la lluvia
No imagines  aquél sendero
el río, la cascada, el mar
al que sonríe y el que llora
No imagines tu imagen
No merodees la vida
ni su contraparte
Reza una oración amorosa
con tu amigo
Nombra su nombre con decoro
sereno, manso en la noche.