Yuyal, o el último invierno en Corrientes.
El Rodaje.
Parte I - Por Pablo Almirón.
Nuestra
neurosis no es una forma de modernidad,
sino una
consecuencia de nuestra miseria social.
Glauber
Rocha
No importa
de dónde vienen las ideas. Tampoco cuestiones como la “inspiración” o el
talento. La metáfora del pez dorado es buena para motivar y dar ciertas
pistas; no más que eso. Su materialidad no sirve para explicar los extraños
eventos que suceden a la hora de atrapar algo parecido a un pez de aguas
profundas. Corría febrero del segundo año pandémico cuando empecé a juntarme
muy seguido con Facundo, mi sobrino. Estudiante del 1er año de la ENERC, sede
Formosa. Pasábamos largas horas hablando de nosotros, filosofía y cine.
Se nos dio
la visión de un paralítico que huye en busca de su identidad….algo así y
supimos de entrada quién debía ser el protagonista. Terminé el guion en unos
tres meses. Unas 40 páginas con 67 escenas que se prestaban a la confusión. Una
página no era un minuto, definitivamente. Luego de deliberar febrilmente se
puso fecha aproximada al rodaje: las vacaciones de invierno. Esa decisión le
terminó de dar forma al título. Yuyal o el último invierno en Corrientes.
Elegimos a
un equipo joven. Facundo oficia de Productor. Soy el único veterano por sobre
los 60 años. Lo que llaman experiencia es un valor relativo. Todo rodaje tiene
su sino y cuanto más profesional, más compartimentado, más impersonal, más
gélido. La factoría no precisa de personas, exige operadores. Despliego
conscientemente algo que creo, debería ser un gesto de nuestra generación. Dar
la oportunidad a jóvenes cineastas. Ellos son el futuro. Nosotros nos
vamos convirtiendo en pasado, lenta e inexorablemente.
La idea
original era trabajar con un equipo mínimo. Sonidista sin asistente. El DF sin
operador de cámara. Yo, sólo. La Dirección de Arte debe hacer también vestuario
y eventualmente maquillaje. Debemos cocinarnos nosotros mismos, establecemos un
régimen de tres comidas diarias que incluye a los posibles vegetarianos. Miguel
Ángel Rossi lanzó un estimativo que nos descolocó y nos hizo entrar en pánico;
23 días de rodaje, trabajando 8 horas diarias!!! (El equipo local cerró el
rodaje en 14 días. Se trabajó, eso sí, con un promedio de 8 a 10hs por día).
Es lo que
incomoda del Cine de Bajo Presupuesto: que es posible. Pero su costo en
esfuerzo es peligroso y siempre se camina al borde de la navaja. No debería ser
así. Atender su singularidad y darle sustento práctico es posible. Ahí el
Estado debe estar presente, asesorando, protegiendo, facilitando, creando
empleo y trabajo concreto. No poniendo trabas burocráticas. Es el Cine por
venir. El Cine Silvestre. El Cine Inevitable. El que florece en las piedras. El
cine guerrillero es un acto amoroso cargado de futuro.
Al final
Facundo decidió sumar a asistentes y tiene razón. Somos 8 y ya pusimos fecha al
rodaje.
En el
camino vamos tomando decisiones. La 1er opción es un celular de alta gama.
Luego pasamos a una reflex 4k. Necesitamos lentes. Czombos me presta uno, muy
bueno. Acudo a Daniel San Cristóbal por más lentes y fierros. Los que se pueda.
Tiene la mejor productora de Fotografía y publicidad del Chaco: FOTOGRAM y
ahora quiere pasarse al Cine. Tiene con qué. Daniel está hecho de una madera
que escasea; me dio todo lo que necesitaba y más, sólo con la confianza que da
mirarse a los ojos. El gesto de caballeros incluyó una Blackmagic 4k, de la 1er
generación. No hay excusas, me digo y comenzamos a reclutar gente.
Luján
Ascué, es la Asistente de Dirección. Se vino desde Virasoro. Descendiente de
vascos y estudiante de la ENERC- Formosa Desayunamos juntos. Café, pan y
manteca. Hablamos de su película. Los personajes son criaturas, decimos.
Tienen vida propia. Esencia o espíritu y no siempre hacen lo que deseamos. Es
mejor que no hagan lo que al guionista se le venga en gana. Cuando esto ocurre,
es una epifanía y como tal no siempre sucede. Luego la conversación derivó en
qué es un cortometraje y qué un largo. Recuerdo a Onetti: yo sé de inmediato
cuando necesito de un cuento o una novela. La condición de verticalidad del
corto y lo horizontal de la novela. Cuestiones borgianas. Un largometraje no es
necesariamente más difícil. Simplemente la historia lo pide: o es un corto o es
un largo. Un bonsái puede ser muchas cosas, pero no es un árbol. A Luján,
todavía no la conozco trabajando. Me transmite serenidad.
Cierto
cine nunca fué dócil. Creo que cuanto más desobediente y contracorriente, más
vital su propuesta. En Europa surgieron tres vertientes contrahegemónicas: el
Cinema Verité de Rouch y su correlato en la Nouvelle Vague, el Neorrealismo
italiano y el Free Cinema británico. Todos surgidos de los escombros de la
posguerra; intentaban contar y narrar otras historias por fuera del canon
hollywoodense. Un tal Alexandre Astruc es uno de los primeros que desarrolla un
nuevo estilo: el cine de autor. En latinoamérica ocurrieron propuestas
similares. El Cinema Novo de Rocha, Cine Liberación y Cine de la base de
Solanas- Gettino y Gleyzer respectivamente. Todas estas experiencias,
determinadas fuertemente por los movimientos insurreccionales que recorrían el
continente de punta a punta.
En la
Argentina reciente hubo desplazamientos que tuvieron como eje excluyente a la
producción porteño céntrica. El autodenominado Nuevo Cine Argentino, sabido es,
nace de la convocatoria Historias Breves I, de 1996. Jóvenes egresados de las
escuelas de cine del momento (Caetano, Burman, Sapir, Martel, etcs), , tienen
la oportunidad de demostrar ese nuevo cine, de nuevo cuño que a la sazón
desplazaría a la anterior generación. Más atrás y algo ninguneado por la
crítica del establishment, Raúl Perrone (un verdadero pura sangre), rodaba
desde hace rato en su Ituzaingó natal. Todas estas movidas, obviamente eran
desconocidas en el resto del país. Corrientes con su dogma de República
aparte, no era la excepción. Yo hice un acuerdo con una revistería que
estaba en lo que hoy es la Plaza Vera. El bello Mercado centra de la capital
correntina, fué tirado abajo en 2001(otra de las tropelías del entonces
interventor Oscar Aguad), con un desprecio total a los espacios culturales-
arquitectónicos. Detrás, sobre calle Rioja un revistero- gnomo me guardaba de
vez en cuando la revista El Amante; mucho aprendí de ellas ya que las
librerías de entonces no tenían bibliografía cinematográfica. Había que
arreglárselas con nada. Sin academia lo mejor es ser autodidacta. Pizza,
Birra y Faso (1998) es la película emblemática de ese periodo de nuevas
estéticas. Luego pude ver el estreno en Capital Federal en el Instituto Goethe
de Dársena Sur(1998) de Pablo Reyero, un documental maravilloso que
sigue de pie. Lo trajimos a Pablo con los amigos a Corrientes; éramos 5.
Sin estar
enterados de estas trasformaciones intestinas del cine “argentino” (ni mucho
menos, de algo “nuevo”), comenzamos a escribir con Pedro Aguirre el guion de Cabeza
de Chancho en el 97. La rodamos en 1999 y pudimos estrenar recién en 2007.
Se convierte en la primera película en ingresar a la Competencia Argentina del BAFICI,
durante la gestión de Martín Peña y Sergio Wolf. Existe un concepto alemán, Zietgeist
para definir cierto espíritu de época. Foucault, prefiere llamarlo Episteme:
un movimiento colectivo sin liderazgo que sucede al mismo tiempo y más allá de
toda frontera. Aquél fue el evento histórico que un crítico describió como el
momento en que las cámaras giraron y empezaron a mostrar a sus realizadores y
sus cuestiones. Estas cuestiones, digo yo, son políticas, culturales, sociales
y excede lo estrictamente cinematográfico: es el momento también de las grandes
bandas de rock de los ´90: Divididos, Los Piojos, La Bersuit y por sobre todo
Los Redondos. Aventuro así, una explicación posible.
A la
historia del cine Regional hay que contarla entera. De a pedazos no sirve.
Desde
entonces y con ese mismo grupo de amigos seguimos insistiendo con un cine
identitario; narrados con los barros cotidianos de la vida real. Desangelados
anónimos que de tanto estar en todas partes, devienen invisibles. En ese
itinerario se encuentra Yuyal, o el último invierno en Corrientes.
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