domingo, 15 de septiembre de 2013

No todo lo que brilla es oro





Los Redonditos de Ricota entraron a mi conciencia cuando cursaba Comunicación Social. Regresaba por la Baibiene y un amigo me canta "con una pipa del 9 arrancó , la gran masacre del Puticlub". No entendía bien esa forma de armar las frases y le pedí que me repitiera el texto. 
A veces pasa con el cine del bueno. Dos planos sucesivos que nos lleva a otra sensibilidad. El montaje es uno de los modos de despertar lo dormido en nosotros. Muchas veces descubro una buena película con solo ver esos andamiajes que deslumbran. La poesía en imágen y el montaje su métrica.
Luego Horacio le mandá al abuelo (Expédito Fernández,  albañil y diputado por el primer Perón), a comprar Bang, Bang!. a Buenos Aires. Cuenta que el viejo peronista, entra a la discografía se acomoda al mostrador y pide el último de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.  No es difícil imaginar al pendejo del Musimundo porteño, buscando el caset que salía como pan caliente. El viejo Chepei, peronista de la vieja guardia, se reía por dentro. Fines de los ´80.
El Indio Solari es otro de los grandes poetas que parió la música popular argentina. En los noventa nos atrincheramos tras esas murallas para resistir el asedio. Nos volvimos irónicos y cínicos mientras el país se derrumbaba al calor del neoliberalismo y se lo vendía en otro mostrador: Los ojos ciegos bien abiertos.

El montaje final es muy curioso,
es en verdad realmente entretenido
vas en la oscura multitud desprevenido
tiranizando a quienes te han querido. 

Luego marché con las huestes ricoteras en ´97 en Tandil. Antes , la muerte de Walter Bulacio provocó un impacto dentro del grupo de amigos. Chirola regaló todos los casets y el viejo Enrique Symns, disparaba desde la Cerdos & Peces. 
Las canciones de los Redondos nos acompañaron siempre. Haciendo fuego sobre las cenizas. Siempre al corazón. Siempre ardiendo.
Hoy mis hijos (Camilo y Nahuel), comulgaron en Mendoza, en la única religión que merece practicarse: La pagana y la colectiva que celebra la vida con los desangelados del mundo. 



Vivimos en un país singular. Único. Un país que hace parir a tipos como Spinetta, J. Castilla, Ramón Ayala y Juanele, no es otro país. El firmamento de Favio ahí, bajo este cielo al sur del mundo. Una cruz repartida en todas las espaldas. 







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