jueves, 29 de agosto de 2013

Cuchillos I









Ayer conseguimos la Ballester Molina con Horacio. Es una pistola de verdad. Un armero de la policía la desarmó completa delante nuestro. La aceitó. Firmámos unos papeles y ahora la tengo en casa. Un arma temible por lo que se ve. Todo fierro. Cachas de madera, serie 97978, Industria Argentina. Mi padre me enseñó a dispararla cuando tenía yo unos 12 o 13 años. Tiene una patada vertical poderosa. Y un BLAM!!!, que atraviesa el tímpano en una explosión de fuego y pólvora que no necesita de FX´s.
Es el arma de Dionisio: el hombre del crepúsculo del hombre.  Eva lo busca con un bisturí memorioso a bordo de un Torino rojo sangre.
El acero bien podría ser el protagonista. El acero, el elemento por dónde el capitalismo se cargó el mundo a la espalda. En la guerra y el quirófano, el acero manda.
Hoy estuve con el Rengo. Barbudo, peludo, abandonado, encerrado en un auto. Me invitó a tomar unos mates en la vereda de su casa. La negrita barrió el piso y luego se fué. Tiene los ojos del que ya sabe de qué se trata el mundo. Tal vez sea infértil, impotente, pero él domestica al acero. Lo templa, le saca lo mejor de sí: alma y filo. Lo hace hablar el idioma del cuchillo.
Dónde esta el payaso vendedor de chucherías?. Es Walter?. Donde esta el Mudo. Habla?, qué dice?. Quién reflexiona?.
El Guión se retuerce como una anguíla. Se niega a obedecer , tiene vida propia, los personajes dejan de  jugar . Ya son personas, actúan más allá de lo escrito, y en esa rebelión van tomando la ciudadela: la película que vendrá.


Fabricada por HAFDASA, 11. 25 mm



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