el territorio del que
hablamos es el campo de Marte. amoroso espacio del amor. combatimos a la
par de ilustres caballeros del sueño en pos de curar heridas que están a cielo abierto
desde que abjuramos del Edén.
detrás de cada torturador hay un gran inocente.
caminamos perdidos en la vastedad de la especie y no
hay nada más desolador que esa columna corrupta de todo y nada. (medrando en el
inconsciente colectivo de los desarrapados, un viejito culposo se mira las
líneas de la mano con el estigma bermellón aún candente).
estamos oyendo los últimos
acordes de la raza. todos lo sabemos y todos callamos.
qué será lo último que nos
hizo llorar, mis amigos? .
con la cara entre las manos y todos los amores en
punta como alfileres en la espalda. (la ley de las lágrimas furtivas acontece en los rincones de nosotros, pobres
y enamorados de tótems con forma hembruna) .
es conocida esta historia?.
alguien la vivió antes? .
alguien puede verificar el hecho con
datos fidedignos?.
hablaremos de este asunto, alguna vez, una
noche de escabio y -sin nada que hacer el otro día-, lo daremos por terminado? .
ese hombre que se parece a
nosotros estará todavía?
valdrá la pena bailar con él?
citar sus gestos
textualmente?
estaremos
a su altura ?
Sameer Makarius
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