Al Colo
Apoyé mi cabeza en la almohada
Subí de mí,
me colgué de trozos del hijo que fuí
y subí un acantilado de piedras hecho,
bello y aterrador(como todo lo bello de verdad)
Eras tibio y tiritabas el frío porvenir,
otra vez el aliento cósmico (dicen que la estrellas son heladas)
Qué lindo que me hayas mirado…
Nunca fui merecedor de nada y así
bendecido
pude bajar aquella colina de piedras
hecha, por tus ojos mirado.
Manso y final.
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