A ese mar
Señalado por varias centurias de desgracias
Hijo del hijo y menos padre que yo.
Todo mordedura su alma es la mía
hoy. Camina lento
Con ese campanario al hombro que
suena conocido y extraño a la vez.
Hermano de otro amigo, ahí va.
Hospitalario en el pesar y la madrugada.
Marzo de una año más, me saca el
corazón con un soplo helado de vino caliente.
Mi alma es la suya y desalmado vamos
los dos, sin más padre que ese desconocido que nos mira, allá y de cerca.
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