jueves, 19 de marzo de 2020

Eso se dijo





Eso se dijo

Los habitantes de aquel pueblo se tocaron los dedos, sólo con la punta de ellos, casi una caricia de aire. Sonaron unas campanas a lo lejos. Era una colina breve, un montecillo de timbós y tacuaral. Las campanas las cruzaban en un tibio viento de verano y siesta. Los parientes se miraron a los ojos, no de frente, pero se miraron. Viejos rosarios iban desgranando rezos y bendiciones de toda laya. La vecindad se susurraba cosas al oído que no sólo eran chismes. Era algo parecido al amor y esas cosas. De que hay que cuidarse porque yo no soy sin vos, dijo uno. Todos sonrieron a la vez. Un poco avergonzados después porque, carcajadas de júbilo salían del garguero liberado de tanta cuarentena autoimpuesta. Como abejas marchaban uno al lado del otro a sumar la miel y la colmena del bien estar. La columna que sostiene al árbol y las cosas nunca dichas. Iban de uno en uno y de dos en dos también. Espalda con espalda, siameses, inseparados. La buena música del caracol, el conejo, las vaquitas de San Antonio, el nácar y el gladiolo. Todos - se dirá mucho tiempo después-, iban en caravana pensando que juntos era mejor,; y así fue que salvándose se salvaron con todo y con todos…gente, conejos y vaquitas San Antonio. Con los delfines, los cisnes las ballenas y batracios varios. Negros, rojos y amarillos, se dijo, anduvieron juntos por vez primera Amor y anarquía fecunda, serenos amanecían un día nuevo. Eso se dijo….

No hay comentarios:

Publicar un comentario