Eso se dijo
Los habitantes de aquel pueblo se
tocaron los dedos, sólo con la punta de ellos, casi una caricia de aire.
Sonaron unas campanas a lo lejos. Era
una colina breve, un montecillo de timbós y tacuaral. Las campanas las cruzaban
en un tibio viento de verano y siesta. Los parientes se miraron a los ojos, no
de frente, pero se miraron. Viejos rosarios iban desgranando rezos y
bendiciones de toda laya. La vecindad se susurraba cosas al oído que no sólo
eran chismes. Era algo parecido al amor y esas cosas. De que hay que cuidarse
porque yo no soy sin vos, dijo uno. Todos sonrieron a la vez. Un poco
avergonzados después porque, carcajadas de júbilo salían del garguero liberado
de tanta cuarentena autoimpuesta. Como abejas marchaban uno al lado del otro a
sumar la miel y la colmena del bien estar. La columna que sostiene al árbol y
las cosas nunca dichas. Iban de uno en uno y de dos en dos también. Espalda con
espalda, siameses, inseparados. La buena música del caracol, el conejo, las
vaquitas de San Antonio, el nácar y el gladiolo. Todos - se dirá mucho tiempo
después-, iban en caravana pensando que juntos era mejor,; y así fue que salvándose
se salvaron con todo y con todos…gente, conejos y vaquitas San Antonio. Con los
delfines, los cisnes las ballenas y batracios varios. Negros, rojos y
amarillos, se dijo, anduvieron juntos por vez primera Amor y anarquía fecunda,
serenos amanecían un día nuevo. Eso se dijo….
No hay comentarios:
Publicar un comentario