sábado, 11 de marzo de 17
Gerónimo el más pequeño de mis
hijos se fue a Olavarría a ver al Indio. En 1997 los fui a ver a los
Redondos en Tandil. Dicen que éramos 21 mil, personas. No estuvo mal por lo
poco. Embarrados de pies a cabeza, milongueamos el grupete de correntinos como si el futuro no existiera, siendo que ya había llegado. Recuerdo una estela de luces de bengalas naranjas en el contraluz de la lluvia mientras Ji ji ji hacia temblar el suelo fangoso.
lunes, 13 de marzo de 17
Fueron unos 200 mil los que
fueron a ver al Indio. Aventuran cerca de 500 mil almas. Olavarría quedó chica. Imposible albergar semejante marea humana. Se suman errores en
la salida del estadio La Colmena que empezó con mal sonido y una avalancha al 3er
tema. Todo muy tenso. La salida fué caótica. Murieron dos, pero puedo haber sido
peor.
El Indio Solari no pudo sostener el tótem que creó desde los
Redondos. Ahora le espera el mutismo y tal vez crear algo más desde su bunker (antes
que Mr Parkinson le termine de sacar el Demonio que encendió su alma con el
fuego divino). Rito, Sacrificio, Bacanal y Fiesta tribal llegan a su fin.
Queda su lirismo y su música en los oídos de las huestes que
vagan huérfanas en un tiempo ya sin héroes. Clima de época, señores.
Las fotos son de Marcos García
Posadata: La ferocidad con se relamen la sangre los coprófagos de turno, de toda edad origen y laya, también es un clima de época...