Hace
unas semanas (o sea hace mucho tiempo),
los noticieros en un 20% y programas basura en un 100%, daban cuenta de un
episodio con un tal Justin Bieber (cantante pop nacido en Canadá, basura
progresista bajo bandera yanqui) . El hecho en sí es bastante simple.
El pibe se drogó y no pudo salir a cantar, decepcionando a sus 40 mil fans en
el estadio de River, la mayorìa de ellas (el pendejo tiene 18 años...),
adolescentes y mujeres. Historia vieja,
sin embargo....
Hablando
de música y para centrar este improvisado análisis, el término pop, fue acuñado
hace más de un siglo, designado a todo lo que es de consumo popular (de ahí la
contracción pop). Desde los 50/60, lo popular empieza a tensionar sobre lo que se considera masivo. O
sea lo consumido masivamente. Los medios, las nuevas tecnologías, los poderosos
flujos multiculturales que transitan en soportes que mutan a diario.
El
capitalismo desde el comienzo se dedicó a perpetuar la máquina, para que no
pare nunca. La obsolecencia programada
comenzó con las bombillas de luz y siguió con Justin, con total éxito. Hay un
documental en la red al respecto que aclara el punto del consumidor
insatisfecho y que se llama Comprar, tirar,
comprar (72´, 2011), de Cosima Dannoritzer. Lo recomiendo.
Así sean los hijos de los dueños de esa
máquina, quienes pasan una y otra vez por la moledora, hasta que el hueso se
confunda con la carne y salgan en el packaging
sonrientes y ya clasificados. De hecho , el producto consumido una y otra vez
por el Gran Antropófago, son nuestros hij@s.
Así
es que ví en la tele, (en un noticiero con talking
head que hace rato perdieron la vergüenza),
a una madre que parió una hija en pleno capitalismo crepuscular
quejándose (las dos!!) de los 1500 $ de la entrada perdida por un pendejo que
no pasa el 2020. Estremecedor!.......
En
el país de Cerati y Spinetta. De Manzi y Goyeneche. De la Negra Sosa y Gilda, es
una seria distorsión de todo.
Luego
, la conmoción fue tal que las mismas hijas de Rial y Tinelli lloraban al pie de ese
vómito supercaro, de un pendejo que no sabe limpiarse el orto, es una prueba
clara que el capitalismo se hunde en su propia mierda aquí y allá. Esas narices
anhelantes de miles y miles de pibas que de algún modo también son mis hijas,
huelen un perfume de algo ya muerto hace rato.
La
fronteras estallan al compás de una música de mierda. Lo que viene de atrás
viene de otra música parida en lo hondo del corazón humano. Y esta basura
amenaza con taparnos a todos, como el último tsunami arraza pueblos enteros,
inermes y en otra lengua.
Amigas
queridas, carguen en sus mochilas los acordes primeros de Volveré de los
ángeles Negros, de Fuiste mía un Verano de Favio, de Gieco y su Ramo de
Manzanillas, Barboza y Millán Medina, el Nebbia del Vals de mi hogar, a
Ciro, a la Mona, a Luisito Cardei, a
Larralde y al Flaco Spinetta, siempre.
Con
Gilda y el Potro, Horacio Guarany, Nino Bravo, Sandro, ( no escuchen a
Jarreth, no es necesario, no escuchen al Dúo Salteño, a Mariana Ingold, a
Cachito Núñez, al Cote Gauna , al Negro Aguirre...no es necesario. Tampoco a
Robert Plant cantando Babe I'm Gonna Leave You, ni mucho menos Hendrix o
Joplin en Woodstock)...Chabela Vargas, llorando el llanto de todas las mujeres,
Dejen
de lado a sus madres. Escúpanla en la cara por ese legado estremecedor de nada!.
Abandonen esas bombachas y sus tangas, sus pinturas y perfumes en las cartilla
Avón y de productos antiage, las
pastillas del último día, los polvos que se lavan urgentes en hoteles de mierda, los
guisos hechos con odio, el sexo de mierda con el ventilador al palo. El legado
de una mujer de catescismo dominguero.
Y
por sobre todo olviden a su padre. Un ser parido por otra hembra y educado bajo
el látigo de que "los hombres no lloran".
Imaginen
y luego transiten un camino por el que ningún hombre pueda caminar jamás. De
hembra y por hembras hecho. Nosotros, los machos humanos, sólo dejamos un
lustre de dolor, maravilla y tristeza en este mundo que incluye a un pendejo de
factoría toyotista, que no les dejará nunca nada en el corazón porque dentro
de sí sólo hay un cadáver y pronto vendrá otro a reempalzarlo. Igual de
vacío....