sábado, 27 de abril de 2013

Poema I






Luego ahí en donde el agua mueve el alma
ahí sin tiempo, lleno de sí, todo
la cornisa de pestañas, la nariz
aleteando el fuego
Todo  un remolino en cada bocado, funámbula de la noche
Su constelación íntima sostenida en el
encaje amarillo
siempre boca abajo.....
Luego ahí, el pelo, la tenue cordillera de vértebras
La punta de todos sus dedos
en el mástil de un violín
acariciando el plexo del cuarto sin mas sonido
que el que sale de la boca, sin querer..... 



Con estos dibujos de Sameer Makarius (un artista formidable. Recomiendo visitar www.makarius.com), inauguro una sección de poesía. Con ella empecé a lidiar en mi temprana adolescencia. Sin embargo considero publicables, sólo las que escribí en los últimos 10 años.
Los dibujos espiritualmente Zen y materialmente Sumi (técnica japonesa realizada con pinceles de caligrafía, tinta china y agua), en papel Romaní o Tiziano de 32. 5 por 48.5 cm.










miércoles, 24 de abril de 2013

El sol de Van Gogh






Quién encadenará al sol de Van Gogh?
Antonín Artaud


Las Fm no existían. El chamamé era parte del paisaje desde Pampa y Cielo, la audición que copaba el aire de  LT7. La música , los sonidos se presentaron como visiones de piedra. Yo estaba transcurriendo los primeros años de lo que llaman infancia.
Aquellos primeros sonidos entraron a mi cabeza a través de Radio Carve de Montevideo. Teníamos una transistor con un dial de cordón que yo solía husmear cuando revisaba sus tripas, asombrado con los pequeños dispositivos como caramelitos. Estamos en 1965, más o menos.
Allí fueron Los Beatles, claro. A los títulos de cada canción los traducía el locutor sin veleidades. O sea que  siempre supe que I saw her standing there era La ví parada ahí, derecho viejo.  De conmoción en conmoción mi psiquis se bamboleaba al ritmo de estos hijos de puta que me maltrataban desde una señal AM. El tiempo me ayudó a ver que todo es pura  materia: mi cuerpo temblaba al oírlos.
Aquél poderoso influjo auditivo se mezclaba con las radionovelas, con lo que la imaginación se forjó con materias indelebles. Luego y ya en la entrada adolescencia unos amigotes de la ENET Nº 2 me trajeron a Almendra, al león y su banda de caballos cansados, las pequeñas anécdotas, primero, el vida después,  luego, el doble de despedida en el Luna, luego la dictadura. En ese silencio ominoso seguí con El lado oscuro de la luna, luego Animals y esas ovejas balando que me recordaban a mí y me hacían más miserable, mirando la parra del patio en el barrio San Antonio. En aquel entonces no había revistas que te dijeran qué oir, ni qué comprar (el mercado que imponía modas todavía no había copado al rock & roll). Solo la revista Pelo brillaba como un talismán prohibido en las revisterías del centro. Así , yo era uno de los que escuchaba música progresiva, lo que no era muy popular. Tampoco supe nunca sacar provecho de esa mácula.
Un día lo escuché en una entrevista que le hiciera J.C. Badía en su programa Imagínate por Radio del Plata. Me perturbó escuchar su voz , como el de una adolescente (habla como una mujer, pensé medio atorado). Ya lo había visto por la tele en una sesión salvaje de Pescado (tal vez en Sábados Circulares...no recuerdo bien). Con el pelo largo , una Gibson ES 300, un jardinero de jean, y la azafata del tren. Yo lo miré como en un trance, tocado por mil fotones, sólo para siempre.
El alma y sus correlatos es materia pura. Lugares del eterno retorno, lo inefable, la gracia, es materia tallada en el aire, los ojos, el plexo solar. El pincel de pluma que nos termina.
Frente al Paraná, aquella tarde,  su muerte fue más dulce.






martes, 23 de abril de 2013

Los héroes se mueren






Cuando vivía en el campo, allá sobre el Km 5, el aislamiento con pavos, gallinas, chanchos y lecheras era bucólico y juguetón, pero bien aburrido. La bueno empezaba los fines de semana en que nos visitaba un primo hermano que venía de Resistencia. Lo imagino cruzando el río en el vaporcito, tomarse la línea 6 en el puerto. Bajarse en El Lapachito, el almacén de Doña Pascuala y Don Severo y de ahí caminar 2 km hasta la vieja casa blanca.
Lo veíamos venir desde lejos (en el campo todo se ve , o se anticipa desde lejos), con su larga figura de pendejo adolescente con dos bolsas. Una de golosinas, la otra de revistas. Ahí venían las D´artagnan, las Fantasía, y toda la parafernalia de Mickey & Cía.
 Lo que después entendería como héroes crecieron allí....en el monte, cerca del Pirayuí.
Aquellos héroes se disiparon como manchas de tinta china.
Luego vinieron los otros de verdad. Los que corrieron la puerta del cuarto y apoyaron la cabeza en la misma almohada.
Esos héroes usaron las herramientas de la percepción total para golpear la puerta. En mi caso: la música.
Con ellos caminé lo que soy.











Todo un tema




Todo un tema la muerte. Es posible explicarla , siempre que no sea de un ser amado.
Yo crecí en el campo, en dónde en mixtura con la vida , forma parte de lo cotidiano. Sus límites siempre difusos ayudaron a entenderme con ella...más o menos. En la vieja casa cerca del Pirayuí , para comerse un guiso de gallina, primero había que matarla. Los métodos para matar animales domésticos varían según el caso. A una gallina se la descogota haciéndola girar como a una matraca (esas de los cumpleaños..que antes eran de madera). A los chanchos, con un cuchillo directo al corazón. A las ovejas , se las deguella. Se desangra en absoluto silencio. El chancho sin embargo, se despide de la vida a los alaridos. Insultando y llorando al mismo tiempo en un reclamo feroz , inolvidable. Así, morfarse un animalito tiene otro sabor. Al Supermax va cualquiera...
La muerte de un humano es otra cosa. Y tal vez por nuestra formación católica (que lo embadurna todo), tal vez por nuestra conciencia de sí que reclama trascendencia como un chancho, tal vez por un pedestre cagazo a la hora del último suspiro, por la incertidumbre más esencial, la soledad de uno con el Universo: la muerte de otro ser humano es otra cosa.
Yo la sentí en mi amigo de la infancia. Una mañana muy temprano mi vieja me despierta y sin decir agua va me dice: -Ricardito murió. Desde entonces le esquivo a los ataúdes y a la liturgia de las flores y candelabros. Antes, fué la noticia la del abuelo Gregorio en el sur. Lo mató un caballo (los caballos no hacen esas cosas, pero a mi abuelo lo mató un caballo). La noticia vino de lejos y entró como un ventarrón, agitando las puertas y ventanas de la vieja casa. Mamá se arrodilló y aun la veo ahí gimiendo como una niña.
En fin, la muerte.


lunes, 22 de abril de 2013

Los 10.6 de Casciari




Hace un par de años atrás ( o sea dos años) entró a casa una revista. La trajo Ana un día diciendo que se la regaló alguién que intuyó, me iba a gustar. Ese alguién ya no está. Al menos con nosotros.
La revista en cuestión estuvo mucho tiempo en la biblioteca, como tantas otras cosas que uno deja para más adelante (hay una canción de Creedence que se titula, El mañana nunca llega, creo).
Un sábado, en casa de mi cuñado Roberto (cocina las mejores entrañitas que haya probado) escuché a un tal Andrés Casciari. Eran unos textos breves que se leían desde el otro lado del océano y los sacaba al aire Vorterix, la radio de Pergolini. Los recomiendo. Están en you tube.
Y sí, resultó que la revista era un obra salida de la cabeza de este argentino que vive en España: Orsai.
El emprendimiento editorial es de una enorme singularidad y da cuenta de cómo internet a veces genera fenómenos inesperados. La revista es muy buena, buen papel, excelentes textos, mejores dibujos.
Saltó a la fama hace poco haciéndole una entrevista al Indio Solari. La última según el rey ricotero.
Yo tengo en mi banco de música , una carpeta dedicada al Diego. Un temita de Damas Gratis grabada en off, creo. Los Piojos, Manu Chao, La Surca, etcs
 Pero Casciari escribió algo excelso: se llama 10.6 segundos. A los maradonianos y a los que aman los textos cortos, léanlo y disfruten.

http://editorialorsai.com/blog/post/10_6_segundos



Emiliano, la luz que ríe





Hubo un encuentro de cine, en el flotante sobre el río Paraná. Un Centro Cultural, chiquito y lindo, que se montó sobre el antiguo muelle de donde salía el vaporcito, cuando el puente General Belgrano aun no se había construído.
Se juntaron en la muestra dos festivales: El Guácaras* inspirado por Marcel Czombos y el Cortos Oberá de los misioneros.

Un cortometraje se llama Historia del Niño que ríe. La dirigió Ana Insaurralde junto a Ana Liz Godoy.  Esta última es la madre de Emiliano. La historia es la de un niño que sobrevive a la leucemia.
El cine a veces ilumina. Si bien precisa de la oscuridad para verlo, es la luz la que talla el aire.
Emiliano usa la risa taladro, la risa sin ganas, la risa Balboa, para perforar la pantalla. Allí se comete el misterio con que  el amor y el asombro se juntan y de la mano de la tragedia, sonreímos. Nos amigamos con nuestras carencias, en los ojos del otro, en el silencio  de la sala. Atravesados por Emiliano y su risa taladro.

* El corto ganó el Premio del Público en el Festival Guácaras 2012




La Ballester Molina




En casa de Toledo. Llueve en el rumor querido sobre el techo de zinc . Un poco amortiguado por el cielorraso de machimbre. Silencio total excepto por esas gotas  que suenan a gloria. Escribo La Ballester Molina. Repaso su cuerpo frío, metalico, untuoso y ardiente. Eva, Mía, El Tipo (Dionisio), El rengo. La metáfora de una mujer filosa y aun enamorada. Con LBM, me despido tal vez del mundo femenino y su poderosoa incertidumbre.




El poeta y la nube





lunes 22 de abril de 2013
"No hay psiquiatras chinos ni psiquiatras balineses,         y la palabra psiquiatra no se dice en Swahilli, por cuanto la luz sólo se ha perdido en Occidente", esto lo dice el poeta español  Leopoldo María Panero. Le leo en un pdf, deslumbrado y a la vez agobiado en mi computadora y conectado a la nube. Luego lo encontré en el you tube. Los ojos del que está vivo, encendido. La voz que viene de antaño y sin embargo ausculta el futuro en donde nunca hubo nada.







Biografía breve



Biografía

Nací en Neuquén un año antes del los ´60. El pueblito cordillerano figura en el mapa casi al pie del Volcán Lanín.
 Nací en el Hospital Militar a fines del mes de noviembre.

Mis padres son Loreto Dolores Almirón, chaqueño de Puerto Tirol y Ena Panguilef, hija de mapuches y educada en un colegio de monjas.

Crecí cerca del puente Pirayuí en la Avenida Maipú Km 5, cuando todo era monte y por  el arroyo corría agua cristalina. Rodeados de caballos, iguanas, torcazas y miel silvestre. Teníamos una huerta cerca de la casa y una palmera altísima que aun se mece solitaria y vieja. Una chacra y un par de perros que se hicieron mis amigos para siempre. Luego la adolescencia me tomo por sorpresa ya en la barrio San Antonio.
Ví las balsas y me cruzé en vaporcito al Puerto Antequera del Chaco. Ví el tren de trocha angosta que atravesaba la ciudad, vi hacerse el Puente General Belgrano, vi el mercado de abasto, vi envejecer a mis padres, me vi reflejado en el espejo, relativamente hace muy poco tiempo.

Me casé con Ana hace casi 25 años. Tengo tres hijos criados a nuestro lado. Nahuel(21), Camilo (19) y Gerónimo (13)

Comencé a escribir desde mi temprana adolescencia según recuerdo. Lo llamé poesía a falta de mejor nombre para aquellas palabras penosas que ya no existen. Hoy las recorro con más pudor.
En este momento escribo un par de guiones para Cine & Tv:  El Asesinato de Candeloro basado en una crónica del periodista chaqueño Ramón de las Mercedes Tissera. Escribí la primera versión de La Ballester Molina, y ahora le encaro a El Retobado en yunta con Orlando Van Braden. Espero dirigirlas, lo que es mucho pedir , tal vez.
Son las cosas que me desvelan , por ahora.